La Confederación Sindical Internacional (CSI) en el informe anual de 2022 sobre los derechos de las trabajadoras y trabajadores en todo el mundo, destaca que en el último año ha aumentado de forma preocupante el número de países en los que no se permite el derecho a formar o afiliarse a un sindicato; destacan los casos de Afganistán, Burkina Faso, Myanmar, Siria y Túnez.
Las limitaciones para la libre sindicalización afectan al 77% de los 150 países analizados en los que existen algún tipo de organización sindical afiliada al CSI, con lo que comporta para esas organizaciones que son reprimidas. Los casos más graves de represión a la actividad de sindicatos independientes se han producido en Afganistán, Belarús, Egipto, Jordania, Hong Kong, Myanmar y Sudán.
Las situaciones de violencia física contra los trabajadores y las trabajadoras también han aumentado. Se han producido asesinatos de representantes sindicales en 13 países, además de detenciones arbitrarias en 68 de los países analizados, vulnerándose derechos fundamentales para la actividad sindical como el derecho a huelga y a la negociación colectiva.
Conocer esta realidad ha de servir para seguir luchando por un marco de respeto a los derechos sindicales que permita la actividad segura y con garantías.
